¿QUE SON LAS EMOCIONES?
Las emociones son respuestas que genera el organismos, cargadas de un gran valor adaptativo, que se pueden evidenciar o manifestar a nivel fisiológico, en la expresión facial, la experiencia subjetiva, el procesamiento de la información, etc., son intensas, pero breves en el tiempo, surgen ante la evaluación de algún acontecimiento. (Vecina Jiménez, 2006).
Se podría decir entonces que las emociones son estados afectivos que vivimos, de forma intrínseca ante el contexto que viene acompañado de cambios fisiológicos y endocrinos, de origen innato, provocados por la experiencia. Las emociones tienen una función adaptativa para nuestro cuerpo al contexto que nos envuelve, nos abordan de forma repentina.
Las emociones son estados afectivos que indican estados internos personales, motivacionales, deseos, necesidades e incluso objetivos, pero es difícil saber a partir de la emoción, cual será la conducta futura del individuo, aunque nos ayude a intuirla. (Grupo Esneca).
Existen 6 categorías básicas de emociones:
- Miedo: anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad.
- Sorpresa: sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar una aproximación cognitiva para saber qué pasa.
- Aversión: disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos produce aversión.
- Ira: rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad.
- Alegría: diversión, euforia, gratificación, estar contentos, da una sensación de bienestar, de seguridad.
- Tristeza: pena, soledad, pesimismo. . (Grupo Esneca).
A nivel biológico, las emociones tienen su sede biológica en un conjunto de estructuras nerviosas denominado sistema límbico, que incluye el hipocampo, la circunvalación del cuerpo calloso, el tálamo anterior y la amígdala. La amígdala, además de desempeñar otras funciones, es la principal gestora de las emociones y su lesión anula la capacidad emocional. Las conexiones neuronales entre estas estructuras ubicadas en el cerebro reptiliano y la parte moderna del cerebro, el neocortex, son muchas y directas, lo cual asegura una comunicación de vértigo muy adaptativa en términos evolutivos. Esto hace que sea algo ficticio hablar de pensamiento, emoción y conducta como entidades separadas. (Vecina Jiménez, 2006).
EL VALOR DE LAS EMOCIONES POSITIVAS
Según la Dr. Bárbara Fredrickson (2001), experimentar emociones positivas es siempre algo agradable y placentero a corto plazo, además, tendría otros efectos beneficiosos más duraderos, en la medida en la que ello prepara a los individuos para tiempos futuros más duros. Según la autora, la alegría, anima a jugar en el sentido amplio de la palabra, a empujar los límites, a ser creativo, ello permite el desarrollo y el entrenamiento de habilidades físicas (fuerza, resistencia, precisión), de habilidades psicológicas e intelectuales (comprensión de normas, memoria, autocontrol) y de habilidades sociales necesarias para el establecimiento de relaciones de amistad y de apoyo. Todas estas habilidades, conceptualizadas como recursos, pueden llegar a ser muy valiosas en momentos de escasez y de conflicto, en los que disponer de velocidad, de resistencia, de amigos, de capacidad de innovación, etc. puede ser la diferencia entre vivir y morir.
Por otro lado, las funciones de las emociones positivas vendrían a complementar las funciones de las emociones negativas y ambas serían igualmente importantes en un contexto evolutivo. Si las emociones negativas solucionan problemas de supervivencia inmediata porque tienen asociadas tendencias de respuesta específicas, la ira, prepararía para el ataque, el asco provoca rechazo, vómito, el miedo prepara para la huida, las emociones positivas solucionan cuestiones relativas al desarrollo y crecimiento personal y a la conexión social. Las primeras propician formas de pensar que reducen el rango de respuestas posibles y las segundas propician formas de pensar que lo amplían. (Vecina Jiménez, 2006).
Ejercicio y bienestar psicológico
Por medio de la práctica de la actividad física, se llegan a atenuar respuestas fisiológicas originadas por el estrés, llegando a mejorar incluso la sintomatología psíquica que pueda estar acompañando al individuo en ese momento. El ejercicio físico tiene un efecto positivo en el humor y el bienestar, puede ayudar a gestionar de una forma más eficaz las situaciones estresantes que se nos puedan presentar a lo largo del día, pero también a recuperarnos de los efectos negativos de los sucesos adversos de la vida. También se ha comprobado que puede llegar a reducir la ansiedad, depresión y mejorar la propia imagen. Estos beneficios se derivan, entre otras razones, de la reducción de las catecolaminas circulantes y la mejora del sueño, así como la liberación de endorfinas. Hoy en día se está empleado el ejercicio físico, la psicoterapia y si es el caso la farmacoterapia, para el tratamiento de diversos trastornos mentales. (Alonso Martin, 2000).
No debemos pensar que el ejercicio físico solo nos ayuda a nivel, ya que están comprobados los efectos a nivel fisiológico, psicológico y su repercusión a nivel social.
Beneficios:
Aparato locomotor: Las fibras musculares se adaptan a las exigencias de los ejercicios que se practiquen, estas adaptaciones se consiguen gracias a cambios que se producen en las estructuras musculares. Aumenta la concentración de encimas necesarias para descomponer las grasas y los hidratos de carbono para producir energía. Detallamos por partes:
Sistema respiratorio. El ejercicio físico mejora la capacidad de los pulmones para captar el oxígeno.
Sistema nervioso central. Al aumentar el bombeo de sangre a todos los órganos, se mejora también la irrigación de sangre oxigenada al cerebro, produciendo mayor lucidez, activación, percepción y reacción ante estímulos, etc., también mantiene o mejora capacidades como la coordinación, la agilidad, la velocidad para reaccionar, la concentración y la memoria entre otras.
Aparato digestivo. Los beneficios de la actividad física sobre el aparato digestivo son evidentes, se ha demostrado que el ejercicio acorta el tiempo necesario para que la comida pase por el aparato digestivo, las persona que practican habitualmente actividad física son las menos propensas a padecer de estreñimiento ya que son regulares y experimentan con frecuencia los movimientos intestinales, por lo que también, el intestino está durante menos tiempo expuesto a sustancias cancerígenas.
Sistema endocrino. Las hormonas son emisarios químicos que estimulan la actividad en diferentes partes de nuestro organismo. Cuando practicamos actividad, física el sistema endocrino responde aumentando su sensibilidad hacia determinadas hormonas. Las personas que han desarrollado la capacidad aeróbica secretan menos insulina a la vez que siguen regulando la glucosa en todo el cuerpo de forma efectiva. También regula la adrenalina, la noradrenalina y aumenta los niveles de endorfinas, las que actúan sobre el estado de ánimo, la motivación y la sensación de bienestar.
El equilibrio psico-social. Cuando practicamos actividad física, ésta nos ayuda a liberar tensiones, a estar menos fatigados, menos agresivos o deprimidos. Varios estudios han demostrado que las personas que practican actividad aeróbica experimentan un notable aumento en su vitalidad, están física y emocionalmente más relajados, rinden más en el trabajo, son más positivos en las relaciones personales y aumentan la autoestima. (Dr. Macagno).
Referencias bibliográficas
- Macagno, L. (n/c). Beneficios de la práctica de actividad física. Profesora CC Actividad Física y Deporte Universidad Católica de Valencia
- Alonso Martin, J. Influencia de la actividad física en la salud humana.
- Grupo Esneca formación
- Vecina Jiménez, M. (2006). Emociones positivas. Positive emotions. Universidad Complutense